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notas
1 Aquí no intento recoger todos los comentarios sobre estos cuentos de Belaval. Apunto los que considero los más significativos y los que me sirven para describir el proceso de recepción del libro.
2 En su comentario Pedreira también ataca por la misma razón la portada del libro que trae un dibujo de Filardi (Carmelo Filardi, 1900-1989), el más conocido ilustrador y caricaturista del momento en la Isla. En las ediciones posteriores de este libro se elimina esa portada, lo que no ocurre con la segunda colección de Belaval que también aparecía con un dibujo de este artista. El dato, como se verá, es de importancia y no mera curiosidad. También hay que apuntar que Filardi ilustró los cuentos que aparecieron en Puerto Rico Ilustrado.
3 Creo que debo apuntar, aunque sólo sea una intuición crítica de mi parte, que Pedreira exalta La llamarada (1935) de Laguerre, convirtiéndola desde entonces en un texto canónico, mientras critica negativamente los cuentos de Belaval. El crítico crea así una especie de parejas de opuestos y al hacerlo apuesta por la obra de Laguerre, opción que no parece sustentarse plenamente en nuestros días.
4 Por su parte Josefina Rivera de Álvarez en su Diccionario de literatura puertorriqueña (1955) describe la cuentística de Belaval, pero no ofrece un juicio concreto sobre la colección de cuentos que aquí nos interesa. Por ello no la incluyo en este recuento de la recepción de esta obra.
5 Meléndez habla de “[l]os diez cuentos del libro” (1957, XXIX), hecho que a primera instancia parece completamente superfluo pero, como se verá, es de gran importancia para el desarrollo de mi propuesta. Hay que apuntar además que más tarde Meléndez, en El arte del cuento en Puerto Rico (1961), vuelve a valorar positivamente la obra de Belaval pero en esta ocasión incluye cuentos de todas las colecciones suyas, inclusive da la tercera, Cuentos de la Plaza Fuerte (1967), que aún no había aparecido pero que ya el autor preparaba y que de la cual había publicado algunos en revistas. A raíz de la muerte del autor, Meléndez publica un ensayo sobre sus cuentos en el que se concentra sólo en algunas piezas: “Ficciones narrativas de Emilio S. Belaval” (1972). Lo más importante de este ensayo es el comentario del autor mismo sobre ciertas lecturas formativas que hizo y que marcaron sus cuentos.
6 Lugo de Marichal establece que Belaval mismo, en entrevistas que ella le hizo para la redacción de su tesis, le dio el dato sobre la selección de los diez cuentos. Quiero hacer constar que la bibliografía de su libro fue el dato que me llevó a la investigación de este tema y al encuentro con los archivos de Belaval en la Biblioteca Madre María Teresa Guevara de la Universidad del Sagrado Corazón. Por ello le estoy agradecido. También agradezco al personal de la Biblioteca Guevara por dejarme manejar los importantes documentos de este archivo.
7 El que se incluya en este listado todos los cuentos publicados en Puerto Rico Ilustrado revela que el mismo se hizo posterior a 1940, fecha de la aparición del último cuento de la serie en la revista.
8 Véase el apéndice a este trabajo donde resumo este documento y añado otros datos. En las páginas que siguen me refiero a los títulos de los cuentos no recogidos en el libro que cito o a los que aludo. Pero, para aligerar la lectura, no doy su ficha bibliográfica. Toda esa información se halla en el apéndice de este trabajo.
9 Sobre el controvertible movimiento de Elenita y los Hermanos Cheos véase el libro